UNA MIRADA AL LIBRO SOBRE LA VIDA DE JOHN NASH: A BEAUTIFUL MIND

Existe un cuento seguramente apócrifo que tiene de protagonista el gran físico Leó Szilárd. Se trata de un relato acerca de la razón de por qué una vida se puede contar desde diferentes perspectivas. Se dice que en una oportunidad se encontraba este genio haciendo unas anotaciones en el comedor de su Universidad y un colega le preguntó: – ¿Qué escribes, Leo? A lo que este respondió: – Le cuento a Dios los hechos de mi vida. Entonces el amigo le dijo: – ¿Y tú no crees que Dios, siendo omnipresente y omnisapiente, conoce los hechos de tu vida? A lo que Szilard contestó: – Seguramente sí los conoce, pero lo que estoy seguro Dios no conoce es esta versión de los hechos. Una versión de los hechos de otro genio, el matemático John Forbes Nash (1928-2015), Premio Nobel de Economía, Premio Abel de Matemáticas, es la biografía A Beautiful

Mind, escrita por la periodista estadounidense Sylvia Nasar, publicada en 1998 y traducida al español con el nombre Una mente prodigiosa (Mondadori, 2001). El libro inspiró la oscarizada película del 2001 con el mismo nombre, aunque esta es un pálido reflejo de la biografía de Nash, pues se enfoca casi exclusivamente en el asunto de su esquizofrenia, sin prestar mayor atención al más importante logro de Nash, su contribución a la Teoría de Juegos y sus aplicaciones, lo cual, como sabemos, revolucionó este campo del saber. Estas notas tienen el propósito de subrayar más ese aspecto.

La teoría de juegos nació como una pariente pobre de otras teorías y problemas matemáticos de mayor calado. Pocos matemáticos de prestigio de la primera mitad del siglo XX le prestaban atención, pero esta teoría cobraría un tremendo impulso con la publicación del libro Theory of Games and Economic Behavior, escrito por el matemático John von Neumann y el economista Oskar Morgenstern, publicado en 1944. Este libro fundamentó el uso de esta herramienta matemática para la resolución de conflictos, negociaciones, intercambios en el ámbito económico. La teoría de juegos, tal y como la describe el economista español Juan Carlos Martínez Coll, es una teoría que analiza los comportamientos estratégicos y a toma de decisiones relevante en situaciones de conflicto o de cooperación que se dan entre dos o más jugadores, también llamados agentes. Se dice de un comportamiento que es estratégico cuando se adopta teniendo en cuenta la influencia conjunta sobre el resultado propio y ajeno de las decisiones propias y ajenas. La teoría de juegos se postula como un modelo que simplifica las complejidades de la toma de decisiones, pero de esta simplificación resulta la posibilidad de racionalizar y predecir la conducta de los participantes en innumerables actividades propias del comportamiento humano.

Los primeros modelos de la teoría de juegos en el ámbito económico se enfocaban en situaciones donde dos actores decisores o jugadores establecían un juego de tipo cooperativo o de tipo “suma cero”, donde lo que gana un jugador es exactamente lo que pierde el otro. Estos modelos hacían explícito que, aunque la estrategia racional individual de cada jugador en un intercambio o negociación sea preservar sus propios intereses, maximizar su ganancia, el resultado puede desembocar en uno que también sea el mejor resultado colectivo.

Estos primeros modelos eran coherentes con la visión del filósofo y economista escocés de la segunda parte del siglo XVIII Adam Smith, quien en su libro La riqueza de las naciones, publicado en 1776, dejó sentado que el autointerés y el egoísmo de un individuo, uno que trata de obtener la mejor parte de una negociación o intercambio, es lo que permite precisamente que estos se realicen, resulten mutuamente beneficiosos para quienes negocian o intercambian y para la sociedad en su conjunto. Smith planteó que la consecuencia lógica de este comportamiento racional es que las decisiones individuales terminan siendo guiadas por una “mano invisible” hacia el mejor resultado social posible, en términos de riqueza y bienestar económico.

Y es aquí donde entra en escena John Nash. Este genio matemático no se interesó en la teoría de juegos porque le gustara el estudio de la economía o porque quería refutar a Adam Smith. La razón fue que se interesaba por prácticamente todos los campos de las matemáticas donde existieran difíciles problemas sin soluciones a la vista. Se planteaba como un verdadero reto resolverlos. Su primera motivación fue entonces superar los que él consideraba planteamientos incompletos de von Neumann y Morgenstern sobre la teoría de juegos y el comportamiento económico, pues estos no se referían a las situaciones donde el resultado de la interacción económica, o incluso de cualquier otra naturaleza, puede  no ser cooperativa, ni presentaban soluciones para esta. En un juego no cooperativo la mejor estrategia racional de decisión que puede seguir un jugador es la opción que le brinda el mejor resultado posible independientemente de la decisión que tome el otro jugador. Esta estrategia, llamada “estrategia dominante”, no supone que se alcance el mejor resultado conjunto, solo asegura evitar el peor resultado individual. La estrategia dominante, especialmente en los juegos repetitivos, conduce al llamado “equilibrio de Nash”, una situación donde la estrategia de cada jugador es la mejor posible dada la estrategia que sigue el otro o los otros jugadores, y ningún jugador tiene incentivos para modificar su estrategia.

Ilustremos el alcance de la teoría de juegos con una de sus aplicaciones clásicas, conocida como el “dilema del prisionero”. Dos delincuentes son detenidos por un robo menor, pero la policía no tiene suficientes pruebas para inculparlos, así que los interroga por separado y de manera aislada, intentando extraerles una confesión. Si ambos se declaran culpables recibirán una pena de 2 años. Si uno de ellos se declara culpable y el otro calla recibirán una pena de 1 año y de 3 años respectivamente. Si ambos callan tendrán que soltarlos por falta de pruebas. Dada la situación planteada, uno de los delincuentes razona que la mejor estrategia es declararse culpable, porque tanto si el otro también lo hace así como si calla recibirá una pena menor a la situación donde él es el que calla y el otro se declara culpable. Y el otro delincuente razona exactamente de la misma forma. Declararse culpable es la estrategia dominante porque es una decisión que supone el mejor resultado para cada uno independientemente de lo que decida el otro. No obstante, el mejor resultado posible, que los dejen libres, se consigue si ambos decidieran callar, pero esta no puede ser la estrategia dominante porque no tienen forma de comunicarse y no pueden confiar en que no se traicionarán. En este caso no se puede lograr el mejor resultado conjunto porque el delincuente que calle se arriesga a la posibilidad de obtener el peor resultado individual.

Nash planteó las ideas fundamentales de su versión de la teoría de juegos no cooperativos en 1950, a sus 21 años de edad, en su tesis doctoral en la Universidad de Princeton. Las 27 páginas de contenido de la tesis revolucionaron por completo este campo de estudio, no solo en el área económica, sino también en ámbitos como el análisis geoestratégico, la evolución y los biosistemas. Esas pocas páginas constituyeron la base para que, 44 años después, en 1994, la Academia Sueca le otorgara a Nash el Premio Nobel de Economía. De esta tesis los matemáticos dicen en su argot particular que es un planteamiento matemático muy “elegante”, equivalente a contemplar una obra de arte estéticamente impecable. Una de las aplicaciones de la teoría de juegos que ha resultado más determinante ha sido en el campo del análisis geoestratégico, especialmente en el contexto de los “juegos de guerra”, como el que estuvo planteado dentro del escenario de la Guerra Fría de los años cincuenta y sesenta del siglo XX, con la amenaza real de que estallara un conflicto de grandes proporciones, con un alto potencial destructivo global. Todo el que quiera entender por qué la Guerra Fría no derivó en un holocausto nuclear debe entender que mediante la teoría de juegos se plantearon estrategias de conflicto disuasorias, cuya aplicación alejó la posibilidad de un resultado de destrucción mutuamente asegurada (MAD, por sus siglas en inglés).

Setenta años después de la tesis de Nash, la teoría de juegos y sus aplicaciones en el ámbito económico se ha extendido hacia el análisis de problemas como la resolución de conflictos en actividades donde se explota un recurso o bien común, como puede ser una laguna donde no están asignados derechos de propiedad y cualquier individuo puede pescar allí. En este caso, cada pescador buscará sacar el mejor provecho individual de su pesca, es decir, maximizar su beneficio individual, pero esta estrategia seguida por todos los pescadores conlleva a un resultado no cooperativo que agotará la pesca por sobrexplotación, un problema a menudo llamado “tragedia de los comunes”.

También se ha aplicado la teoría de juegos al diseño óptimo de subastas de bienes públicos, como la asignación del espacio radioeléctrico entre las compañías que lo requieren para sus actividades. No obstante, sobresimplificar la realidad en modelos que solo consideran unas pocas variables y donde la complejidad de los problemas no solo involucran variables económicas sino también políticas, medioambientales, culturales, le resta capacidad hermenéutica y predictiva a la teoría de juegos. En realidad, muchos de quienes la estudian son conscientes de que es incompleta y que diseñar una estrategia exitosa a partir de esta teoría parece tener más de arte que de ciencia.

La biografía de John Nash se explaya en aspectos poco conocidos de los años en los que sufrió de manera intermitente de esquizofrenia. Se trata de episodios dolo rosos que volvieron la vida de Nash completamente infeliz, le restaron posibilidades académicas y profesionales, lo alejaron de familiares y amigos e hicieron pensar a quienes lo conocían y compartían su vida que todo estaba perdido para él. No obstante, Nash se recuperó relativamente bien de su enfermedad y pudo trabajar nuevamente en la resolución de agudos problemas matemáticos, pudo volver a sintonizar su mente más con el mundo de los números y las conjeturas que con el mundo de las relaciones personales, uno en el que siempre se le dificultó encajar. Era sumergida en sus matemáticas donde la mente brillante de Nash se sentía verdaderamente cómoda. Afortunadamente, su caso fue uno de justicia poética, pues al final pudo recibir en vida los merecidos reconocimientos que su genialidad aportó al conocimiento y a la comprensión del comportamiento humano.

Publicado en Sin categoría | Comentarios desactivados en UNA MIRADA AL LIBRO SOBRE LA VIDA DE JOHN NASH: A BEAUTIFUL MIND

LA ARQUITECTURA ECONÓMICA MUNDIAL (I)

Hablar de la arquitectura económica mundial es hablar de los rasgos, características, tendencias, etc., que definen las actividades y procesos económicos cuando son vistos desde una perspectiva global.  Sería pedante tratar de abarcar todos estos rasgos y características, además de un ejercicio complejo. En razón de ello, y en el marco de una conferencia que impartí para estudiantes y profesores de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Costa Rica y para el público en general, elegí algunas de esas características, entre las que me parecen las más relevantes. En función de ello, las analizo, utilizando datos de organismos internacionales y multilaterales, en esta entrada y en las sucesivas de este blog.

Uno primero de estos rasgos es demográfico, es la tendencia que muestra a la población mundial envejeciéndose. En efecto, el porcentaje de personas mayores de 65 años en el total de la población mundial ocupa cada vez más un mayor espacio demográfico. De representar en 1960 un 5% de ese total y 10% en la actualidad, aproximadamente 800 millones de personas, se estima que en 2050 representará un 16-18% de la población total mundial que, según algunas estimaciones, será de aproximadamente 9.700 millones, lo que significa que este grupo de edad rondará una cifra entre 1.550-1.750 millones. Son variadas las causas que han hecho se manifieste esta tendencia, pero en general ha venido de la mano de un aumento de la esperanza de vida de la población, como efecto de cambios en la calidad de vida, particularmente en lo que respecta a los indicadores de salud y de seguridad alimentaria. Por su parte, se ha producido y se sigue produciendo un declive demográfico del porcentaje de la población menor de 14 años, los niños y niñas, en el total de la población mundial. Mientras en 1960 este grupo de edad representaba el 37% del total mundial, en la actualidad representa el 27% (aproximadamente 2.160 millones de niños y niñas) y se estima sean de alrededor del 20% de la población total mundial en 2050. Este declive se ha producido como efecto de la caída de la tasa de crecimiento de la poblacional mundial, pasando de 1,3% en 1961 a 0,9% en 2021.

Sin embargo, estos cambios demográficos no se producen de manera uniforme o simétrica en el nivel global, un rasgo general característico de la arquitectura económica mundial es que, más allá de la aceleración de la globalización, esta tiende a impactar de manera no uniforme y asimétrica en los diferentes países y regiones del Mundo, generando efectos diferenciadores relevantes. Por ejemplo, a pesar que el aumento en promedio de la esperanza de vida en la actualidad en el nivel mundial, de 69,8 años para los hombres y 74,2 años para las mujeres, se ha producido de manera general, es un proceso más acentuado en los países desarrollados que en las naciones en desarrollo y aún entre estas se encuentran importantes diferencias regionales cuando se comparan Asia, África y América Latina, por señalar tres regiones. Por su parte, la disminución de la tasas de crecimiento de la población también ha sido por décadas más pronunciada en los países avanzados que en lo que están en proceso de desarrollarse, donde la disminución de esta tasa, aunque también ha ocurrido, ha sido de forma más lenta.

En general, dos indicadores característicos del desarrollo de un país o territorio se manifiestan en el incremento de la esperanza de vida, al mismo tiempo que disminuye la tasa de crecimiento poblacional, incluso hasta una tasa negativa. Dos ejemplos de ellos son Japón e Italia. Japón e Italia tienen una de las esperanzas de vida más altas del Mundo: 84,6 años y 82,9 años respectivamente. A la par, sus tasas de crecimiento demográfico son de -0,5% y -0,6% respectivamente. En algunos países ricos la tasa de crecimiento poblacional no es negativa por el incremento que experimenta entre la población migrante (281 millones en 2020, 3,6% del total de población mundial), pues los grupos migrantes tienden a tener una tasa de crecimiento demográfica mayor que la población original. Es el caso de Estados Unidos donde, según el último censo poblacional de 2020, la mitad de la tasa de crecimiento de la última década fue causada por su aumento entre la comunidad latina y el resto por el crecimiento de otras comunidades no blancas.

La repercusión que tiene esta tendencia que ha significado el aumento del número de personas mayores, a la par que se producen menos nacimientos, tiene y tendrá aún más en el futuro importantes implicaciones económicas. Por solo mencionar dos, la presión fiscal por la vía de sostener la seguridad social, con el importante gasto que representa las pensiones, se  ha elevado y se elevará significativamente aún más en el futuro. La respuesta de los gobiernos a este desafío tendrá a su vez consecuencias en los equilibrios (o desequilibrios) de las finanzas públicas. Nuevamente, los países están preparados de manera muy diferente para enfrentar este desafío y en algunos casos solo una reforma fiscal y tributaria a profundidad les permitiría solventar el peso de las pensiones sobre los ingresos públicos. Una segunda consecuencia se hace sentir en cierta reconfiguración de los bienes y servicios que son ofrecidos a este grupo de población en aumento. Tomarán auge productos y servicios, como los médicos y de recreación, cada vez más adaptados y diversificados para segmento del mercado. Es una realidad económica que, no obstante, debe considerarse desde la perspectiva y la prospectiva de cómo diferentes sociedades con diferentes fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas, la encararán.

Publicado en Sin categoría | Comentarios desactivados en LA ARQUITECTURA ECONÓMICA MUNDIAL (I)

LOBO-HOMBRE EN PARÍS

Tengo una percepción muy personal con el nombre de la obra del filósofo rumano Mircea Eliade llamada El mito del eterno retorno, en el sentido de aplicarla a eventos o recuerdos de mi vida que siempre regresan en una u otras circunstancias, sean estas nostálgicas, anhelantes o expectantes ante cambios, o promesas de cambio, que se avizoran en el horizonte. Y es en esta línea que acabo de vivir la experiencia de unir una canción, un tema que se convirtió en mi temprana juventud casi en un himno de tanto que me gustaba y aún me gusta, a un relato trepidante lleno de magia y misterio.

Comencemos por la canción. En los años ochenta, Nacho Cano, compositor e integrante de una banda emblemática española de esa época, Mecano, compuso para otro grupo, uno de rock-pop muy bueno también, La Unión, un tema llamado Lobo-Hombre en París, el cual alcanzó un éxito rotundo. Los derechos de la canción fueron adquiridos por una disquera venezolana para hacer una versión de la misma con el  grupo, también de rock-pop,  Tempano. El cover es tan bueno como el tema original y de hecho fue esta versión la que se hizo popular en toda Latinoamérica. La canción ha tenido otras versiones regias, como la hecha por las bandas de rock colombianas Aterciopelados junto con The Mills.

La letra de la canción narra las peripecias que vive entre los seres humanos un lobo llamado Denis. Por una mordida de un mago, el mago de Siam, mientras fisgoneaba alrededor de unos amantes que paseaban cerca de él, Denis termina convertido en un hombre. El caso de licantropismo al revés que le ocurre al lobo-hombre, lo hace vivir experiencias inéditas para el animal, entre ellas compartir con una mujer joven con la que se enreda en un lío entre romántico y salvaje.

Aunque la canción no nos dice mayor cosa acerca de Denis ni de la joven, solo que se conocen cuando ella se sienta junto a él mientras cena en un hostal y luego se van a contemplar la luna llena sobre París, es bastante fiel a lo que sucede en el relato que con toda seguridad inspiró a Cano a escribir esa letra. Se trata de un cuento llamado Lobo-Hombre, del escritor francés Boris Vian, publicado en 1947.

Y este hermoso cuento que he leído hace poco con sumo placer es el que me avisa que el mito del eterno retorno está de vuelta. Es un vástago de aquella sensación juvenil que nos pasa a casi todos en la edad donde ningún sueño se marchita todavía, ni algunas de las personas que conocemos y llegamos a querer y amar se han perdido en nuestros recuerdos,  vueltos el humo de un chimenea donde alguna vez ardió fuego trepidante o uno suave que nos cobijó con su calor en una madrugada fría.

Y es en ese sentimiento de Denis, el bello y noble lobo solitario que en lo profundo de su ser desea convertirse en hombre, al menos mientras haya luna llena, donde encuentro se resuelve el misterio del mago del Siam. En fin de cuentas, igual lo aceptemos o no, en algún momento, anhelamos llevar, para bien o para mal, otra vida, tener otro destino, ser hombre-lobo o lobo-hombre. Un dilema para el que cada quien encontrará, o al menos buscará, una respuesta.

 

Publicado en Sin categoría | Comentarios desactivados en LOBO-HOMBRE EN PARÍS