EL PODER DEL DINERO Y LAS FINANZAS (3): LA AVERSIÓN A LA PÉRDIDA

Suponga que se encuentra 100 $ en la calle. Estime en una escala del 1 al 10 su nivel de alegría con este hecho. Suponga ahora que se le pierden 100 $ en la calle. Estime en una escala del 1 al 10 su nivel de tristeza con esta circunstancia. Si usted es un Homo economicus perfectamente racional le dará la misma puntuación a ambos eventos porque se trata de cantidades equivalentes. Sin embargo, un experimento basado en esto en 1981, realizado por los sicólogos israelíes Daniel Kahneman, que obtuvo el Premio Nobel de Economía en 2002, y Amos Tversky, revelaron que la mayoría de las personas le otorgan un mayor nivel en la escala a la tristeza por la pérdida que a la alegría por la ganancia. La pérdida se percibe como de más valor que la ganancia de la misma cantidad. A este sesgo cognitivo se le llama aversión a la pérdida y se presenta en muchas situaciones económicas y financieras. Se ha visto por ejemplo que algunos brokers se resisten a salir de una acción cuyo precio está cayendo y todo indica seguirá cayendo porque esperan que en algún momento el precio de la misma se recupere. Es posible que la aversión a la pérdida haya afectado la toma de decisiones financieras de Isaac Newton. Como muchos británicos acomodados, Newton invirtió en acciones de la Compañía de los Mares del Sur desde diciembre de 1718 y hasta diciembre de 1721. En principio aprovechó la burbuja que elevó sustancialmente el precio de la acción de la Compañía,  invirtió una gran cantidad de dinero en la acción y la conservó, pero cuando estalló la burbuja y el precio comenzó a caer en picada, se resistió a venderla hasta el punto que cuando en definitiva lo hizo había perdido una fortuna. Ser un genio matemático no significa necesariamente que también seas un genio financiero.

Para ver el gráfico correspondiente haga clic en el enlace:Isaac Newton

 

 

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