JOBS Y LOS ENTORNOS DE INNOVACIÓN

La película Jobs (Estados Unidos, 2013, dirigida por Joshua Stern) tiene una escena clave para explicar el rol del cofundador de Apple en el desarrollo de las PC. Steve Jobs, Steve Wozniak  y su equipo entregan un pedido de placas procesadoras al dueño de una tienda de artefactos electrónicos y el comerciante insiste que eso no fue lo que encargó. Les dice que las puras placas no tienen sentido si no van con los demás componentes: monitor y teclado, pues el cliente lo que querrá llevarse a casa es una máquina que pueda conectar y estar lista para operar o trabajar en ella. Jobs le asegura que lo solicitado es lo que ellos le están entregando, pero se marcha de la tienda con la idea en mente de la necesidad de una computadora  “todo en uno”. Los admiradores de Jobs dirán que colocar la idea de la PC al alcance de un pedestre vendedor de artefactos electrónicos es una desconsideración al genio y talento de alguien que revolucionó la industria informática. Sus detractores dirán que lo tratan con justicia. ¿Cuál es la verdad? Probablemente nunca se sepa.

Pero, más allá de agregarle interés a la película sobre la vida de Jobs, esta controversia no tiene mayor importancia. Lo que sí está claro es que la irrupción de la PC quedará como un hito que iniciaron grandes firmas como IBM, HP y empresas pequeñas en ese momento como Apple y Microsoft. La verdad es que las ideas e innovaciones alrededor de las PC estaban en el ambiente empresarial de los Estados Unidos de la década de 1970, en los entornos universitarios, como en Stanford, en los prototipos desarrollados por computistas aficionados, como Wozniak.

Yu Takeuchi, un matemático japonés que vivió muchos años en Colombia, decía que un colombiano es más inteligente que un japonés pero dos japoneses son más inteligentes que dos colombianos. Con esto quería destacar, obviamente, que el trabajo en equipo rinde más frutos que el trabajo individual. Una empresa colectiva, desde hacer una catedral medieval o fabricar un programa o un robot que toma decisiones financieras, siempre es una actividad más provechosa e impulsa más el desarrollo de una localidad, un territorio, un país, que la mera irrupción de individualidades providenciales, aunque éstas, por su genio y talento, también formen parte relevante de la ecuación.

La emergencia de ideas disruptivas, generadoras de cambios, frecuentemente surgen en entornos donde, a la par que emergen talentos y genios individuales, se trabaja cooperativamente y  se abre una oportunidad hasta para las ideas más desternillantes. Aunque siempre existirá la presunción romántica de la inspiración del genio, del Eureka, en realidad es la sinergia de habilidades, talentos humanos y capitales, lo que provoca que la inspiración se transforme en transpiración, como decía Thomas Edison de sus propios inventos. Se trata de los llamados entornos de innovación, que nacen, crecen y se reproducen alrededor de ciudades o localidades, atrayendo a emprendedores e innovadores. Estos entornos cuentan con excelente infraestructura tecnológica y de transporte, universidades de calidad y una buena dotación de otros bienes públicos, asegurando altos niveles de ingresos para sus trabajadores y alta calidad de vida. Todo ello impulsa además sólidas redes empresariales, aprovechando el buen clima de negocios prevaleciente, lo que permite, por ejemplo, recibir apoyo financiero oportuno. Las ideas e innovaciones financiadas mediante capitales de riesgo, catalizan la irrupción de nuevos productos y servicios para el mercado, sin dejar a un lado que algunas innovaciones resuelven acuciantes problemas sociales, como la invención de vacunas para contrarrestar enfermedades infecto-contagiosas o el desarrollo de fuentes de energía limpia.

Mi intención no es presentar una apología de los entornos de innovación, pues estando sobre todo arraigados al funcionamiento del capitalismo, derivan en ocasiones hacia la creación de sectores monopólicos u oligopólicos, se explota y discrimina a trabajadores por su género o procedencia étnica y ocurren otras fallas del mercado características. Pero estos aspectos negativos no anulan la visión de que en estos entornos de innovación, especialmente los más competitivos, se fortalece la educación y la investigación, se estimula la emergencia de ideas creativas y se incentiva el emprendimiento en torno a esas ideas. Un entorno de innovación efectivo puede transformar completamente el tejido industrial de una localidad, como son prueba de ello Silicon Valley, el Bangalore Software Complex y “Silicon Bali”. Además, los entornos de innovación reflejan importantes sinergias alrededor de proyectos público-privados y preparan mejor a una nación para los desafíos de la globalización, como ha sucedido con Irlanda, Corea del Sur y Singapur.

Al ver “Jobs” me queda la duda de si la PC fue una idea suya o la interpretó de un sencillo comerciante que ya la intuía. Pero como economista interesado en analizar los procesos y los entornos de innovación, las políticas públicas diseñadas y aplicadas para mejorarlo y el impacto que tienen en el crecimiento económico, les digo que esa duda es irrelevante. Lo verdaderamente apasionante y maravilloso de conocer es lo que vino con la revolución informática y las consecuencias tecnológicas, económicas, sociales y hasta políticas que ha tenido, sigue teniendo y tendrá sin duda en el futuro.

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