EL PENALTI MÁS LARGO DEL MUNDO Y LA TEORÍA DE JUEGOS

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Dedicado a mi colega y amigo Juan Carlos Martínez Coll

El penalti más largo del mundo es una película española del género de comedia del año 2005, protagonizada por Fernando Tejero y dirigida por Roberto Santiago, cuyo guión se elaboró a partir de un cuento del gran escritor argentino Osvaldo Soriano, donde se narra un suceso deportivo bastante curioso. Fernando es un tipo desmañado que por azar es el portero suplente de un equipo de fútbol de una pequeña localidad llamado Estrella Polar. Se está disputando el último partido de la liga de tercera categoría regional, con la posibilidad de que Estrella Polar ascienda a segunda división. Fernando no ha jugado ni un solo minuto de los partidos de la liga, porque el líder y la figura del equipo es precisamente el portero titular. Segundos antes de que termine el partido, el equipo contrario ataca y provoca una jugada que el árbitro, de manera sospechosa, sentencia penalti, con la mala suerte de que el portero de Estrella Polar sale lesionado del juego. En esas circunstancias, al técnico no le queda más remedio que colocar a Fernando en la portería, quien tendrá que detener el penalti, pues de no hacerlo el equipo se despedirá del ascenso. Momentos antes del cobro, el público del estadio invade la cancha, suspendiéndose el partido. El comité directivo de la liga decide que se reanude una semana después, al siguiente domingo, en el mismo estadio pero sin público, únicamente para hacer el cobro del penalti, con el mismo pateador y el mismo portero. La gente del pueblo pasa una semana en ascuas, halagando y motivando a Fernando, con la ilusión de que pueda parar el penalti, oportunidad que el muy gamberro aprovecha para hacer varias exigencias de acuerdo a sus intereses personales.

Desde que el fútbol existe y se cobran penaltis se ha hablado de la incertidumbre que rodea a esta jugada. Cualquiera que se haya puesto en el punto penal dispuesto a patear un balón ha observado que la distancia es corta, el arco se ve inmenso y el portero pareciera estar a merced nuestra. El pateador tiene cierta ventaja y, como se ha dicho por ahí, un penalti bien cobrado es sencillamente imparable. Sin embargo, jugadores muy talentosos han fallado penaltis, lanzándolos lejos del arco, pegándolos en el travesaño, o pateándolos de una manera que el portero los puede detener. En ocasiones estos fallos de los pateadores o estas paradas de los porteros han ocurrido en momentos dramáticos, como en semifinales y finales de varios Mundiales de Fútbol. En esas instancias, cuando se falla en el cobro de los penaltis y el equipo pierde, generalmente no se le achaca ningún tipo de culpa ni a los pateadores ni al portero. Se lanza un manto de conmiseración sobre ellos y técnico, jugadores, comentaristas y seguidores del equipo se resignan con frases como: “los penaltis son una lotería” para magnificar su carácter azaroso.

¿Son realmente los penaltis una lotería? Algunos estudiosos de la herramienta matemática conocida como Teoría de Juegos y sus aplicaciones piensan que no necesariamente es así. El profesor de economía Juan Carlos Martínez Coll, de la Universidad de Málaga, define de forma sucinta la Teoría de Juegos como los comportamientos estratégicos y la toma de decisiones relevante en situaciones de conflicto o de cooperación que se dan entre dos o más jugadores. Se dice que un comportamiento es estratégico cuando se adopta teniendo en cuenta la influencia conjunta sobre el resultado propio y ajeno de las decisiones propias y ajenas.1 El cobro de penaltis tiene los atributos necesarios para ser analizado con el enfoque de la Teoría de Juegos: implica una rivalidad o conflicto entre el pateador y el portero y la decisión de hacia dónde patearlo o hacia dónde lanzarse puede basarse en una estrategia.

Existen juegos donde cada jugador conoce la estrategia de su oponente y sus consecuencias, también se plantean juegos donde los jugadores desconocen la estrategia de su oponente y las opciones con las que cuentan para tomar una decisión están relativamente acotadas. Este segundo caso es claramente el del cobro de penaltis y son esas características las que han permitido a los investigadores establecer algún patrón en el desempeño de los jugadores. En este sentido, la estrategia de un jugador (pateador) depende de lo que cree que hará el jugador rival (portero) y viceversa. Dadas las opciones que tienen ambos, con la aplicación de la Teoría de Juegos se puede calcular cuál es la mejor estrategia a seguir por los jugadores, la estrategia “óptima”.

Analicemos primero este asunto desde la perspectiva del pateador. Tiene tres opciones claras: patearlo a la derecha, a la izquierda o al centro. Los jugadores derechos tienen la tendencia natural a patear el balón hacia el lado de su pierna más fuerte: la derecha, mientras que los jugadores zurdos tienen la tendencia natural a patearlos hacia la izquierda. Desde la perspectiva del portero, también tiene tres alternativas claras: lanzarse a la derecha, a la izquierda o no moverse. Retomemos la película ahora en el momento en que, en medio de un entrenamiento, los jugadores del equipo están dialogando y dando indicaciones a Fernando acerca de la estrategia que debe seguir si quiere parar el penalti:

Jugador 1: Dicen que el tío que va a tirar el penalti siempre los tira por la derecha…

Jugador 2: Como todo el mundo dice que siempre los tira por la derecha esta vez lo va a tirar por la izquierda…

Jugador 3: no, no, no, él sabe que nosotros sabemos que siempre los tira por la derecha, y por eso esperamos que esta vez lo tire por la izquierda, así que lo va a tirar por la derecha…

Ignacio Palacios-Huerta, actualmente profesor de London School of Economics, realizó un estudio basado en la Teoría de Juegos para determinar la mejor estrategia en el cobro de penaltis, dada las diferentes opciones que tienen los jugadores. Primero revisó la información estadística del cobro de 1417 penaltis en partidos de alta competencia, deduciendo que se convirtieron en gol alrededor del 80%. Con respecto al lado elegido por el pateador y por el portero, calculó que cuando el pateador va a su lado natural y el portero se lanza al lado contrario, se anotaba en un 95% de los casos. Cuando el pateador va a su lado no-natural y el portero hacia el otro lado, la tasa de éxito disminuye hasta 92%. Si el pateador va a su lado natural pero esta vez el portero acierta, la tasa baja a 70%. Y si el pateador va a su lado no-natural y el portero lo adivina, solo se anotaba en un 58% de los casos. Luego, procesando esta información concluyó que la estrategia óptima para el pateador sería cobrarlo 61,5% de las veces hacia su lado natural y 38,5% hacia el otro lado. Para el portero, la estrategia óptima sería lanzarse un 58% de las veces hacia el lado natural del pateador y 42% hacia el lado contrario. Es lo que se conoce como una “estrategia mixta”. Curiosamente, los futbolistas de las ligas más competitivas del mundo se comportan estratégicamente ante el cobro de penaltis como si conocieran al dedillo la Teoría de Juegos.2

Los datos empíricos respaldan la teoría si la estrategia se focaliza en las opciones de patear el penalti hacia la derecha o hacia la izquierda o de lanzarse hacia la derecha o hacia la izquierda, pero no funciona muy bien si se incluye la opción de patear el balón hacia el centro. Como es difícil que el portero no reaccione lanzándose hacia algún lado, las posibilidades de éxito del pateador aumentan si dentro de su estrategia incluye patear fuerte el balón hacia el centro. Este tipo de cobro del penalti era inusual, pero cada vez gana más adeptos entre los futbolistas de alto nivel por su alta efectividad para convertirse en gol.3 Por lo que está en juego, no solo literalmente, en los Mundiales de Fútbol, se entiende por qué los técnicos de las diferentes selecciones se afanan por obtener aunque sea una mínima ventaja sobre los rivales. En este sentido, Palacios-Huerta, analizando, entre otras, las tandas de penaltis de semifinales y finales de varios Mundiales, estima que el equipo que cobra de primero tiene alrededor de un 20% más de probabilidades de ganar.

Y en definitiva ¿Fernando logró detener el penalti? ¿Funcionó su estrategia? Pues la verdad es que a los lectores que me han seguido hasta aquí y les gustaría ver la película (que no es la gran cosa, la verdad sea dicha, pero es divertida) no les voy a arruinar la emoción del final contándoles lo que pasó con el cobro de ese penalti con Fernando en la portería, el penalti más largo del mundo.


1 Una explicación más completa sobre la Teoría de Juegos y algunas de sus aplicaciones se encuentra alojada en el portal de divulgación del conocimiento económico www.eumed.net. También desde ese portal se puede acceder al libro de mi autoría “Aprendiendo Economía con Los Simpsons” en el que se dedica un capítulo completo a analizar la Teoría de Juegos desde la perspectiva del comportamiento económico de Los Simpsons: http://www.eumed.net/libros-gratis/2011c/1000/ . A una página web de enseñanza de la Teoría de Juegos con una sección dedicada a la aplicación relacionada con el cobro de los penaltis se puede acceder desde la siguiente dirección: http://gametheory101.com/Penalty_Kicks.html

2 El artículo de Palacios-Huerta que contiene este análisis se llama “Professionals Play Mínimax” y fue publicado en el 2003 en Review of Economic Studies. Se puede acceder al mismo desde la dirección: http://www.palacios-huerta.com/docs/professionals.pdf  Debo la reseña de este estudio a la lectura del excelente artículo sobre este tema del economista venezolano Ángel Alayón, denominado “El arte de fallar penaltis”. Escrito en el contexto del Mundial de Fútbol Suráfrica 2010,  no perdió vigencia para el análisis correspondiente en el marco del Mundial Brasil 2014. Se puede acceder a dicho artículo desde la dirección: http://prodavinci.com/2010/06/25/actualidad/el-arte-de-fallar-penaltis/

 3 Un penalti dirigido al centro lo ejecutó el mediocampista de la antigua Checoslovaquia Antonin Panenka, en la final de la Eurocopa de Fútbol de 1976 entre Checoslovaquia y Alemania. Panenka se dio cuenta antes de patear que el portero alemán, Sepp Maier, se estiraba ligeramente hacia la izquierda, así que golpeó el balón por la parte inferior, bombeándolo hacia el centro de la portería, sin que Maier, ya lanzado y en el suelo, pudiera reaccionar y evitar que se convirtiera en gol. Ese cobro de penalti se hizo tan famoso que cuando un jugador lo cobra así se dice que lo ejecutó al “Estilo Panenka”.

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JAMES RODRÍGUEZ Y LOS FUERA DE SERIE

Gladwell

Dedicado a mis estudiantes y colegas del Diplomado en Gerencia Deportiva de la UCLA

Ha sido una coincidencia que durante el desarrollo del Mundial de Fútbol de Brasil 2014 haya estado leyendo un libro del escritor y periodista Malcolm Gladwell, llamado Fueras de serie (Outliers). Por qué unas personas tienen éxito y otras no (2009, Editorial Taurus). Ya conocía la obra de Gladwell por otros libros suyos, especialmente Inteligencia Intuitiva (2007, Editorial Taurus). Las ideas de Gladwell giran en torno a una variedad de temas relacionados con aspectos acerca de cómo tomamos decisiones y con los procesos que llevan a algunas personas a tener éxito y a individuos con talento a diferenciarse de otros, a convertirse en unos fuera de serie.

Sus argumentos resultan interesantes porque se distancian de las explicaciones simples, de lo obvio. Presta atención a otros factores que aparentemente no tienen tanta importancia como determinantes del éxito, pero a fin de cuentas sí la tienen y mucha. Gladwell escudriña en las claves para desentrañar por qué unas personas desarrollan una inteligencia intuitiva que les garantiza casi siempre una óptima toma de decisiones o por qué algunos individuos con talento o con coeficientes intelectuales altos logran obtener de ese talento o inteligencia los mejores resultados, mientras que otros no.

Para Gladwell, aunque el factor hereditario cuenta en alguna medida, que un individuo logre el éxito en alguna actividad o disciplina no es un suceso arbitrario, sino se deriva de un conjunto de circunstancias y oportunidades, algunas aleatorias, otras predecibles. Responde a circunstancias del todo aleatorias como la fecha en que nacieron y el periodo histórico que viven, y a otras hasta cierto punto predecibles, como las condiciones del entorno familiar, cultural y social en el que se desenvolvieron desde su niñez. En estos términos, no existiría, pues, el self made man, erigido en la quintaesencia del individuo independiente, que alcanza el éxito a partir exclusivamente de su propio esfuerzo. Por el contrario, el individuo exitoso, fuera de serie, lo es en la medida que obtiene ventajas de las circunstancias y oportunidades que le brinda su entorno.

Lo anterior no significa que el individuo exitoso no se esfuerza. En realidad se esfuerza mucho y en ocasiones más que los demás. Al respecto, Gladwell señala que existe una suerte de “regla de oro” a cumplir por los candidatos a tener éxito en cualquier actividad humana y la llama la regla de las 10.000 horas. Significa el número de horas de dedicación y práctica que supone un umbral por debajo del cual ninguna persona, incluso con un talento innato, logra alcanzar verdaderas cotas de excelencia o maestría en lo que hace. En otras palabras, el trabajo duro y continuado forma parte de la clave del éxito, no existen atajos para esta regla. Para corroborar su teoría, Gladwell menciona entre varios casos el de Bill Gates, quien antes de fundar Microsoft ya había pasado, prácticamente desde su adolescencia, miles de horas programando en computadoras.

Circunstancias aleatorias como la fecha de nacimiento y especialmente el periodo histórico en el que se vive pueden influir en la ruta hacia el éxito. Al respecto, Gladwell menciona y lo apuntala con datos que la fecha de corte para seleccionar jugadores infantiles y juveniles en deportes como el hockey, beisbol y el fútbol puede servir para predecir hasta cierto punto quiénes serán los escogidos para formar parte de las selecciones nacionales y, más adelante, de los equipos profesionales. Si se selecciona a niños de nueve y diez años para entrenarlos, tienen más posibilidades de éxito aquellos niños que pasen el primer año de entrenamiento con 10 años cumplidos al momento de la fecha de corte de edad, digamos enero, que los niños que cumplirán 10 años en noviembre o diciembre. La diferencia a esa edad en madurez física e incluso mental, de casi un año de brecha, les otorga una ventaja a unos niños sobre otros que puede ser determinante.1

Con respecto a los periodos históricos, Gladwell destaca que mucha gente exitosa vive en épocas marcadas por grandes cambios y transformaciones, lo cual le brinda oportunidades diferenciadas para alcanzar el éxito. El ejemplo de Bill Gates vuelve a servir de referencia. Gates formó parte de una generación a la que por su fecha de nacimiento se le abrió en su juventud, hacia mediados de los setenta, una ventana de oportunidad enorme, generada por los cambios tecnológicos que estaban modificando la manera como las personas y las organizaciones estaban produciendo, consumiendo e intercambiando bienes y servicios. Gates no solo surfeó con éxito la ola de la revolución informática conocida como la revolución de las PC, aprovechando su talento y las oportunidades, sino que también se convirtió en uno de los líderes de una generación de empresarios que supo interpretar estos cambios antes que otros. Su entorno familiar y cultural no hizo sino acicatear esta visión privilegiada que lo orientó hacia el éxito.2

Decía al comienzo de esta entrada que mi lectura del libro de Gladwell fluyó de manera paralela a las incidencias del Mundial, un escenario privilegiado para que se mostrarán los fuera de serie como Messi, Neymar y Cristiano Ronaldo. También para que nuevos talentos no tan conocidos o mediáticos alcanzarán el estrellato. Y efectivamente eso fue lo que ocurrió con el jugador colombiano James Rodríguez. Como se sabe, la selección de Colombia hizo un excelente Mundial y su figura indiscutible fue James. Su desempeño le ha valido elogios por parte de prácticamente todos los conocedores del fútbol y ha permitido que su valoración en el mercado se haya incrementado significativamente en cuestión de semanas.

Teniendo en perspectiva la lectura del libro de Gladwell, la pregunta que ahora me hago es ¿cuáles son las circunstancias y oportunidades que rodearon el ascenso hacia el éxito de James Rodríguez? En otras palabras, es un asunto de puro talento individual o se dieron circunstancias y oportunidades que permitieron que James aquilatara su capacidad para jugar al fútbol. Lo primero que se puede analizar es verificar si James cumple con la regla de las 10.000 horas. Las minibiografías que sobre él circulan por internet, evidencian que comenzó a jugar al fútbol desde muy niño y en una entrevista realizada a su madre en la emisora Colombiana RCN, ella afirmó que se inició en su práctica a los cuatro años. De manera que a su corta edad (22 años) James ya tiene un largo camino recorrido de entrenamiento, horas de dedicación y experiencia.

El segundo aspecto por analizar es el relacionado con la ventaja de la edad para ser seleccionado. A falta de saber cuál es la fecha de corte para la selección de jugadores en Colombia, tenemos el dato de que siendo un adolescente, a los 14 años, ya era jugador profesional del equipo colombiano Envigado Fútbol Club y formó parte de la selección de Colombia sub-17 que asistió al Mundial de Corea del Sur 2007. Esas experiencias tempranas señalan que James tuvo que desarrollar desde muy joven la madurez física y mental necesaria para afrontar los retos deportivos que se le fueron planteando. No es casualidad entonces que en un video que circula en internet, al ser entrevistado luego de obtener un campeonato con su equipo, le responda, con escasos 12 años de edad, de manera clara al entrevistador sobre las metas que quería lograr.3

El tercer aspecto a analizar son los factores relacionados con su entorno familiar y social. Del entorno familiar destacan, hasta donde me fue posible averiguar, el apoyo irrestricto de su madre y de su padrastro y luego de los diversos entrenadores que lo tuvieron a su cargo en los diferentes equipos en los que ha militado. Paradójicamente, es posible que James heredara el talento para jugar al fútbol de su padre biológico, un ex futbolista que llegó a formar parte del seleccionado colombiano, pero que se desentendió de él siendo aún un niño.

El entorno social del fútbol colombiano ha jugado su cuota en el éxito de James. Colombia pasó de tener una selección que fue revelación en el Mundial de Italia 1990, a tener un fracaso estruendoso en el Mundial de Estados Unidos 1994, fracaso que se convirtió en tragedia cuando fue asesinado a los pocos días de acabado el torneo el jugador Andrés Escobar, quien había cometido un autogol. El fútbol colombiano pasó alrededor de una década ensombrecido por denuncias de penetración del narcotráfico en la liga profesional, sobornos en la realización de los partidos, violencia en los estadios y problemas de dirigencia, cuyo costo fue, a nivel de la selección de mayores, estar ausente de la máxima cita desde el Mundial de Francia 1998 hasta su vuelta en este Mundial de Brasil 2014.

No obstante lo anterior, James es de una generación de futbolistas que afortunadamente no la afectó tanto esos problemas, en la medida que la liga profesional se re-estructuró y los dirigentes del fútbol comenzaron a trabajar en función de un plan a mediano y largo plazo con la estrategia de regresar a la cita mundialista. El propio entorno económico favorable de Colombia, particularmente desde el inicio del siglo XXI, permitió la ampliación de la infraestructura deportiva del país e incentivó la creación y la consolidación de asociaciones y redes de apoyo públicas y privadas para la práctica no solo del fútbol, sino también de otros deportes donde ahora Colombia destaca en el escenario internacional. Persisten algunos problemas, pero el fútbol colombiano ha retomado su senda de logros.

No me cabe duda que la historia de éxito de James Rodríguez tiene los indicios de responder a una dinámica donde el talento, sea científico, inventivo, empresarial, deportivo, es plenamente aprovechado por el individuo, en la medida que su entorno familiar y la sociedad le brinda las oportunidades que el talentoso convierte en una ventaja.4 También me queda claro que cuando una sociedad cuenta con líderes con visión gerencial, de largo plazo, abocadas a apuntalar el bien común, diseñando e implementando políticas públicas efectivas, las posibilidades de que surja gente exitosa en cualquier ámbito se multiplican.


1 Leyendo el capítulo correspondiente del libro, recordé que observando los juegos de la selección femenina sub-17 de fútbol de Venezuela en la Copa Mundial de 2014, celebrada entre marzo y abril en Costa Rica, donde obtuvieron un exitoso cuarto lugar, la diferencia en tamaño y corpulencia física de algunas jugadoras venezolanas era notable con respecto a las niñas de la selección anfitriona de Costa Rica, con quienes jugaron el primer partido y al de otras selecciones como la de Zambia. Esta realidad me hace suponer, por una parte, que la tesis de Gladwell tiene cierto asidero empírico y, por otra, confirmar que las jugadoras de fútbol venezolanas, por lo menos hasta ahora, han tenido más éxito que la Vinotinto masculina.

2 Bill Gates vivió su adolescencia y juventud dentro de una generación signada por lo que los alemanes llaman zeitgeist o espíritu de los tiempos, que representa un clima socioeconómico o cultural dominante y una visión compartida acerca del mundo y sus problemas, pero también de sus alcances y posibilidades.

3 Al video correspondiente a esa entrevista se puede acceder desde la siguiente dirección: http://www.teleantioquia.co/v/34740-12326.html

4 Al respecto, el periodista argentino Andrés Oppenheimer se pregunta, en un reciente artículo suyo, si las condiciones favorables y oportunidades del entorno para el surgimiento de los Messi, Neymar y James en varios países latinoamericanos, se pudiera replicar para generar talentos del mismo calibre en el campo de las ciencias y de las tecnologías en América Latina. A su artículo: “Se busca un Messi de las ciencias” se puede acceder desde la siguiente dirección: http://www.elnuevoherald.com/2014/07/05/1792179/oppenheimer-se-busca-un-messi.html

Inteligencia intuitiva                 James 1

 

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LA HERENCIA DE LA TRIBU Y LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA: UNA INTERPRETACIÓN

La herencia de la tribuLisa Simpson está investigando para la celebración del bicentenario de la fundación de la ciudad, la vida del héroe fundador del pueblo, Jeremías Springfield, y descubre una carta suya donde confiesa que fue un pirata y hasta intentó asesinar a George Washington…es un héroe fraudulento.

Lisa duerme y tiene un sueño donde se le aparece George Washington que quiere venganza, para lo cual le indica cómo descubrir el fraude; ella en el sueño le dice repetidamente: “quiero ayudarte George Washington…quiero ayudarte George Washington…”

Bart está pasando en ese momento por el frente del cuarto de Lisa y dice: “¿quiero ayudarte George Washington?…la verdad es que hasta tus sueños son raros Lisa…”

Los Simpsons. Lisa la iconoclasta. Temporada 7. Capítulo 16, febrero, 1996.      

El libro de la sicoanalista y escritora venezolana Ana Teresa Torres: “La herencia de la tribu. Del mito de la independencia a la revolución bolivariana” (2009, Editorial Alfa), ofrece interesantes hipótesis acerca de las causas y consecuencias que ha tenido en la construcción social de Venezuela la perpetuación del pasado histórico, elevado a la categoría de mito, encarnado en la Independencia y en la figura de Simón Bolívar,  tanto en lo que corresponde al discurso político así como en la acción política. La obra, a horcajadas entre la antropología y la sicología social, destaca especialmente el uso como herramienta política por parte de la revolución bolivariana del mito fundacional de la república.1 Además, ofrece la posibilidad de analizar sus presunciones desde la perspectiva de la situación política y social presente y futura del país.

En la re-interpretación que se hace dentro de la revolución bolivariana del proceso  independentista, los ideales de libertad, igualdad y justicia enarbolados por los libertadores, aparecen fracturados pues, una vez logrado el  propósito de la libertad del dominio español, fueron traicionados y contravenidos los ideales de igualdad y justicia para los oprimidos. Otros intereses menos nobles se impusieron. Bolívar, precursor y encarnación heroica de estos ideales, fue uno de los primeros traicionados. Durante el siglo XIX y buena parte del siglo XX estos ideales siguieron siendo traicionados recurrentemente por otros actores políticos y sociales.

En este sentido, el relato mítico supone que la hazaña independentista aún no está concluida, planteando entonces una lucha histórica entre quienes han escamoteado los ideales de igualdad y justicia, y quienes, ahora allegados al poder, retoman el estandarte de intentar materializarlos para el beneficio del pueblo. De ello se deduce que la lucha librada por la revolución bolivariana no responde a las circunstancias políticas y sociales de unos años, ni siquiera de unas décadas. No, es la continuación de un proyecto interrumpido hace casi dos siglos, al que le llegó la hora, cual ave fénix, de renacer de sus cenizas para retomar la utopía y reorientar la nación hacia el sueño bolivariano de unión (latinoamericana), igualdad y justicia social.

Chávez es pues el heredero del mito, es su relator oficial, el hombre providencial, se transmuta en  héroe a la manera de un ángel vengador, se transmuta en Pueblo, en el taumaturgo con la visión necesaria para cumplir la misión de llevar a ese pueblo mil veces engañado, mil veces marginado, hacia la senda de progreso y bienestar legítima. Por ello, la revolución bolivariana, su proceso político, exige prácticamente la refundación del país. Por su parte, no es casualidad que sus batallas se libren contra los antihéroes y enemigos actuales de la patria, nacionales (apátridas) y extranjeros; sediciosos legatarios de quienes en el siglo XIX derrumbaron los sueños de Bolívar (Francisco de Paula Santander, José Antonio Páez), los ideales de Ezequiel Zamora (la oligarquía) y así en un continuo de castas traidoras durante el siglo XX hasta el presente. La lógica que arropa el mito supone además que siendo el estamento militar el descendiente directo de los héroes libertarios, son los militares los llamados a dirigir la refundación de la patria y a ser protagonistas en el diseño y ejecución de los planes y proyectos que permitirán la materialización de la utopía, asumida como la realización del llamado socialismo del siglo XXI.2

Desde esta perspectiva, el proyecto de la revolución bolivariana, aunque se etiqueta como participativo, democrático, inclusivo, en realidad no ha estado del todo dirigido a convocar la participación ciudadana al margen de lo que define el propio proyecto. En realidad, una parte importante de la esfera civil de la sociedad ha quedado apartada o silenciada en esa tarea de construcción civil de la sociedad. El proceso de construcción ciudadana del presente y del futuro ha quedado subsumido al proceso político, sometiendo el ámbito civil y las instituciones a los designios de una revolución idealista, redentora, guerrera, llevada adelante para y por sujetos políticos antes que para y por ciudadanos.3

Esta es en esencia la tesis de Torres, pero el libro va mucho más allá de exponer este argumento. Se adentra en los aspectos políticos y comunicacionales que permitieron dar sentido práctico y operativo al engranaje: Mito-Herencia-Patria-Chávez-Pueblo-Utopía (Socialismo del siglo XXI). Más allá de sus supuestos y presunciones, el libro también se presta para analizar la viabilidad actual del engranaje planteado y su pervivencia en el tiempo.

En este orden de ideas y en primer lugar, con la muerte de Chávez se comienza a desarticular este engranaje. Chávez no solo era el principal referente de la conexión emocional de la revolución bolivariana con el Pueblo, también ejercía el liderazgo único y absoluto del proceso político en la búsqueda de la materialización de la utopía: el socialismo del siglo XXI. El resquebrajamiento es doble. Por una parte, la ausencia del referente le resta fuerza a la conexión Líder-Pueblo, absolutamente necesaria para la dinámica del engranaje. Por otra, la ausencia de un liderazgo único, la existencia de un vacío de poder en la conducción de la revolución bolivariana (como lo ha dejado entrever el ex ministro de Planificación, Jorge Giordani, en una carta pública) abre aún más las fisuras y las contradicciones del proceso.4 En la agudización de estas contradicciones tiene un gran peso específico las consecuencias negativas que han tenido el diseño e implementación de un modelo económico que ha resultado inviable e insostenible. Cualquier evaluación objetiva de las políticas económicas de la revolución bolivariana y sus resultados da cuenta de esta realidad.

En segundo lugar, las contradicciones del proceso alientan las contradicciones en el entorno del poder, el entorno del gobierno, lo cual ha conllevado a la búsqueda de chivos expiatorios y culpables dentro del propio gobierno; algo que probablemente Chávez con su liderazgo podría haber evitado o al menos minimizado sus daños. En este sentido, resulta paradójico que la necesidad de la revolución bolivariana de contar permanentemente con enemigos: la oposición “fascista” “apátrida” “golpista”, el imperialismo norteamericano, por el carácter de pugnacidad histórica de la que está impregnada, se traslade hasta cierto punto en el presente a una lucha soterrada o explícita entre sus propias huestes.

Al respecto, una de las consejas del Gran Hermano orwelliano era “La guerra es la paz”, significando que mientras se está en guerra con un enemigo externo, se mantendrá la paz interna. El hecho de que la carta de Giordani haya levantando algunas capas de la pugna interna, revela que difícilmente se volverá a un escenario donde se focalizaban los ataques sobre el enemigo externo: la oposición, el imperialismo, para mantener la cohesión dentro del chavismo. La guerra al interior del chavismo y del gobierno llegó para quedarse y posiblemente alcanzará dimensiones y tendrá consecuencias políticas difíciles de pronosticar.

Curiosamente, uno de los vínculos emocionales más fuertes del engranaje Mito-Herencia-Patria-Chávez-Pueblo-Utopía (Socialismo del siglo XXI) es la del enemigo visto como un traidor. Bolívar, Zamora, fueron traicionados, el anti-imperialista presidente de comienzos del siglo XX, Cipriano Castro, fue traicionado por su compadre Juan Vicente Gómez y la oligarquía devenida en burguesía siempre será el enemigo  a vencer en la medida que siempre ha traicionado al Pueblo. El traidor, el desleal de antes y de ahora, es, en la simbología de la revolución bolivariana, el peor enemigo. Por eso no ha resultado extraño que el presidente Nicolás Maduro haya etiquetado como una traición a Chávez-Pueblo, los cuestionamientos de Giordani a raíz de su salida del gobierno, lo cual lo ha convertido ipso facto en un enemigo, en un instrumento de la derecha.

El desmantelamiento del engranaje Mito-Herencia-Patria-Chávez-Pueblo-Utopía (Socialismo del siglo XXI) que alimenta a la revolución bolivariana, al menos en algunos hechos concretos, se ha iniciado, aunque sería insensato prever su fin próximo. Jhon Kenneth Galbraith dijo alguna vez que las revoluciones triunfan cuando derriban a patadas una puerta podrida, pero me parece que esto es igualmente válido para su propio final. En el plano simbólico, si interpreté bien la tesis de Torres, el resquebrajamiento del engranaje se inició con el fallecimiento de Chávez. No obstante, en lo que respecta a los mitos y sus recreaciones, siempre presentes en el imaginario colectivo, nunca se sabe cuándo éstos pueden volver a colarse en los intersticios de la historia.

 


1 Torres destaca que no fue con la revolución bolivariana que se inició la manipulación del mito fundacional en el discurso político. Esta mitología y la exaltación de un pasado heroico ha sido utilizado por casi todos los gobiernos desde el siglo XIX, pero fue la revolución bolivariana quien amplificó su utilización.

2 Torres resalta que el mesianismo militar existente en Venezuela, en parte como un resultado de ser la casta militar la heredera de la gloria de los libertadores, supone significativas diferencias con la visión que se tiene del militar en otros países de América Latina, donde se le asocia con lo represivo, lo peligroso, lo no civil. Entrevista a Ana Teresa Torres por la periodista Maye Primera para el libro “La República alucinada: conversaciones sobre nuestra independencia.” (2010, Editorial Alfa). Se puede acceder a la entrevista desde la siguiente dirección: http://prodavinci.com/2010/12/09/actualidad/la-republica-alucinada-ana-teresa-torres-y-el-pasado-que-se-quedo/

3 El escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, argumenta de forma parecida para el caso del entorno político y social de las últimas décadas de Colombia, al poner en boca de uno de los personajes de su novela “El ruido de las cosas al caer” (2011, Alfaguara) la queja de que en Colombia todos los ciudadanos son políticos, pero ningún político quiere hacer nada por los ciudadanos.

 4 Jorge Giordani fue ministro de varias carteras de la economía (Planificación, Finanzas) y director del BCV durante trece años de gobierno chavista, teniendo sus ideas una gran influencia en la concepción del modelo de desarrollo económico que Chávez pretendió implementar desde su llegada al poder en 1999. Las políticas económicas de Giordani se pueden calificar dentro del ámbito de un modelo que privilegia la planificación del desarrollo por sobre la descentralización de las decisiones económicas, la inversión y la producción estatal por sobre la privada, alienta fuertes regulaciones y controles a los macroprecios, especialmente el control del tipo de cambio. Durante varios años fue elegido el peor ministro de finanzas de América Latina, a partir de una encuesta que realiza anualmente la revista América Economía. Una evaluación de su gestión lo marcaría como un “populista macroeconómico”. Una vez que fue despedido de los varios cargos que ostentaba, ha escrito una carta pública defendiendo sus políticas y decisiones y denostando del gobierno del presidente Nicolás Maduro, al que le atribuye la culpa de la crisis económica actual y falta de liderazgo político.

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