DIAMANTE DE SANGRE Y LA MALDICIÓN DE LOS RECURSOS (I)

diamantedesangreUn economista, cuyo nombre no recuerdo, dijo que el Nobel de Economía Paul Samuelson había señalado en alguna oportunidad que existían tres tipos de países; los Estados Unidos, que con todos los recursos lo había hecho todo; Japón que sin recursos lo había hecho todo; y (coloque aquí el nombre del país de su preferencia), que con todos los recursos no había logrado casi nada.

La afirmación atribuida a Samuelson puede ser apócrifa, pero su sentido no. Una de las grandes sorpresas en el estudio del crecimiento y del desarrollo económico de las naciones es la corroboración de que algunos países que cuentan con una gran cantidad de recursos naturales (minerales, energéticos, tierras fértiles), no logran aprovechar esta ventaja para hacer crecer su economía a tasas altas y sostenidas. Por el contrario, la abundancia de dichos recursos se convierte, paradójicamente, en un obstáculo, una rémora para el crecimiento económico.

La película Diamante de sangre (Blood Diamond), del 2006, dirigida por Edward Zwick y protagonizada por Leonardo DiCaprio, Jennifer Connelly y Djimon Hounsou, nos ofrece la posibilidad para escribir acerca de esta paradoja, la cual se conoce en la literatura económica como “la maldición de los recursos”. El film, mezcla de ficción y realidad, narra la lucha por diamantes en Sierra Leona, un país africano rico en este recurso mineral, sumido en la pobreza y en una terrible guerra civil, librada por el control de la explotación de los yacimientos diamantíferos entre el gobierno y un grupo rebelde, el Frente Revolucionario Unido (FRU). Solomon Vandy es un pescador separado de su familia y obligado a trabajar en un yacimiento de diamantes por el FRU. Se encuentra un gran diamante, el cual logra ocultar, con la esperanza de venderlo para así poder reunirse con su esposa y sus hijas refugiadas y liberar a su hijo, un niño que ha sido reclutado como soldado por las fuerzas rebeldes. En su odisea por rescatar la valiosa gema, se cruza con un traficante de armas y diamantes, Danny Archer, del que desconfía, pero se convierte en su única tabla de salvación. Entretanto, una periodista estadounidense, Maddy Bowen, está haciendo un reportaje sobre el tráfico ilegal de diamantes, el cual se realiza con alguna complicidad de las empresas mundiales que los comercializan. Espera poner al descubierto los negocios detrás de los diamantes de sangre o de guerra, llamados así porque se obtienen de zonas en conflicto, al costo de pérdidas de vidas humanas y su venta se destina en parte a financiar las armas de los grupos en guerra.  Ella se involucrará con Archer y Solomon en la aventura de rescatar el diamante de sangre.1

La maldición de los recursos naturales es un fenómeno económico multidimensional, se manifiesta de diferentes maneras y con efectos diversos. Una dimensión de la maldición, por llamarla así, es la que propone la lectura en clave económica de Diamante de sangre. La realidad es que la explotación de los yacimientos aluviales de diamantes en Sierra Leona ha creado una situación por décadas donde, sea una compañía extranjera, sea el gobierno, sea un grupo rebelde quien controla dicha explotación, la producción y exportación de diamantes se convierte virtualmente en un monopolio y los beneficios asociados se distribuyen de una forma muy inequitativa, entre una minoría. En épocas de conflicto crece el comercio ilegal de diamantes. Durante la guerra civil los diamantes eran llevados a Liberia y exportados desde allí. Estas exportaciones representaron unos ingresos no recibidos por Sierra Leona por valor de alrededor de dos mil millones de dólares en la segunda mitad de los años noventa. En este contexto, se entiende en parte por qué se volvieron muy difíciles las condiciones para que la mayoría de la población del país obtuviera beneficios económicos o algún tipo de bienestar de la explotación y exportación de los diamantes, por qué colapsó el crecimiento económico durante los noventa, y por qué ha persistido la pobreza más lacerante entre un alto porcentaje de la población.

Sierra Leona es una de las naciones más pobres del planeta. Forma parte de un grupo de países a los que Paul Collier denominó en su libro homónimo El club de la miseria (2008, Editorial Turner). Collier señala que existen unos cincuenta países, mayoritariamente africanos, donde viven unos 1.000 millones de personas, que sufren la paradoja de que siendo algunos de ellos ricos en recursos naturales, como el caso de Sierra Leona con sus diamantes, no logran, sin embargo, superar las trampas de la pobreza que los condena a tener Estados fallidos, guerras civiles casi de manera permanente y a desaprovechar las oportunidades que podría brindar, al menos para comenzar a salir de la trampa de la pobreza, la utilización efectiva de los ingresos que generan los recursos naturales con los que cuentan. Por el contrario, como lo revela Diamante de Sangre, para este grupo de países pareciera que poseer en abundancia un recurso mineral valioso se convierte en una condición que refuerza la postración de las fuerzas económicas productivas.

Otra dimensión de la maldición de los recursos se presenta en algunos países ricos en recursos naturales que no forman parte del club de la miseria. En este caso, se trata de naciones cuya  explotación y exportación de sus recursos naturales, por distintas causas y en diferentes periodos,  no se ha revertido en un crecimiento económico que alcance el ritmo mucho más rápido de otras naciones que no son exportadoras de recursos naturales. Esta dimensión de la maldición de los recursos es más bien una hipótesis, la cual se ha intentado corroborar empíricamente.

Al respecto, los economistas Jeffrey Sachs y Andrew Warner publicaron en 1995 un trabajo intitulado Natural resource abundance and Economic Growth. Su objetivo era convalidar la hipótesis de la maldición de los recursos utilizando un modelo econométrico. Para ello compararon el crecimiento económico durante el periodo 1971-1989 de países con abundancia de recursos naturales frente a otras naciones que no los tienen en abundancia. Su conclusión fundamental fue que los países con un alto ratio de exportaciones en recursos naturales tendieron a crecer a tasas más bajas que los países cuyas exportaciones no están basadas mayoritariamente en recursos naturales. Posteriormente, en 2001, los mismos autores reforzaron su modelo y sus resultados, exponiéndolos en el artículo The curse of natural resource.2 Algunos estudios similares han respaldado hasta cierto punto sus conclusiones, aunque el modelo utilizado y los resultados no han estado exentos de cuestionamiento.

La maldición de los recursos también se puede explorar a partir de la indagación de por qué países muy diferentes en cuanto a cultura, tamaño de la población, régimen político, pero que producen y exportan el mismo recurso natural, pueden, no obstante, tener como característica común sufrir de la maldición de los recursos. Este fenómeno fue analizado, para un grupo de naciones exportadoras de petróleo, por Terry Lynn Karl y plasmado en su libro The Paradox of Plenty. Oil Booms and Petro-States (1997, California University Press).3 El libro examina como países petroleros muy distintos (Nigeria, Argelia, Irán, Indonesia, Venezuela), no obstante, frente al boom de ingresos que disfrutaron en los años setenta, obtuvieron más o menos los mismos decepcionantes resultados referidos a su desempeño económico. Esta “paradoja de la abundancia” supuso para la autora revisar los factores comunes imperantes, particularmente los factores institucionales, los que determinaron la acción colectiva, y el papel que cumplieron los petro-estados y sus decisiones de política económica.

Más allá de las diferencias, los petro-estados tendieron a comportarse frente al boom de ingresos de forma parecida. En primer lugar, se trataba de gobiernos fuertes desde el punto de vista de sus independencia fiscal (la mayor porción de sus rentas no provenían de la recaudación de impuestos, sino de los ingresos derivados de ser propietarios de las empresas petroleras), pero mal dotados institucionalmente, con instituciones débiles.4 En segundo lugar, ante el boom de ingresos, la lógica de los petro-estados no solo apuntó a aumentar sostenidamente el gasto público, sino también a ampliar sus áreas de influencia y sus competencias sobre el resto de la economía. En tercer término, una vez desaparecido el ciclo de altos ingresos, ante la disyuntiva de tener que financiar un mayor gasto público, los petro-estados evadieron el conflicto que suponía aumentar los impuestos (o volver eficiente su recaudación) y se apresuraron a endeudarse externamente.

La hipótesis de la maldición de los recursos también ha sido examinada para el grupo de países latinoamericanos y caribeños. Un estudio publicado por el Banco Mundial en el 2010: Natural Resources in Latin America and the Caribbean: Beyond Booms and Busts? da cuenta de algunas conclusiones y reflexiones al respecto. Aunque este estudio no se decanta por aseverar que existe tal maldición de los recursos naturales, si advierte que para el caso de algunos países de América Latina y el Caribe, el boom de ingresos proveniente de las exportaciones de bienes primarios, especialmente el experimentado en la primera década del siglo XXI, ha terminado por generar una estructura de producción y exportación más concentrada y una alta dependencia de las rentas fiscales a los ingresos por exportaciones de este tipo de bienes. Siendo el precio de los bienes primarios más volátil que el de los bienes manufacturados, el manejo inadecuado de estas fluctuaciones de precios puede terminar reflejándose en una crisis de la economía real, amplificada por un mayor gasto pro-cíclico del gobierno y agravarse por la estructura poco diversificada de la producción y de las exportaciones. Otra preocupación se manifiesta en el hecho de que si el boom de ingresos no se invierte en la formación de capital humano o en algún otro tipo de capital productivo, a la larga la existencia real de riqueza en la economía disminuirá. En esta situación, sí que se comprometería la posibilidad de crecimiento sostenido de algunas de estas economías.

Cabe preguntarse en cuál nación latinoamericana se han manifestado con mayor énfasis las condiciones características de la maldición de los recursos y en cuál ha tenido mayores efectos y más duraderos sobre el rumbo económico. La joya de la corona (un diamante) en cuanto a estas condiciones y sus efectos consiguientes parece llevársela una economía petrolera, la economía venezolana. Pero esta presunción y el análisis ulterior lo desarrollaremos en la próxima entrada.


1 Hay un documental de History Channel que narra brevemente la historia de la explotación de diamantes en África, el por qué ésta explotación es diferente en Sierra Leona o Angola con respecto a países que obtienen un mejor provecho de sus diamantes, como Botswana o Sudáfrica. Describe someramente el control que sobre el negocio mundial de los diamantes ha ejercido la empresa De Beers, así como las causas y las consecuencias del tráfico ilegal de diamantes. Se puede acceder a dicho documental en el siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=Rk1utsVVzNc

2 Al primer artículo en cuestión, publicado originalmente en la National Bureau of Economic Research (NBER), se puede acceder desde el siguiente enlace:  http://www.nber.org/papers/w5398.pdf?new_window=1 Al segundo artículo, publicado en European Economic Review, Vol. 45, No. 4-6, pp. 827-838,  se puede acceder desde el siguiente enlace: http://www.earth.columbia.edu/sitefiles/file/about/director/pubs/EuroEconReview2001.pdf

3 En el prefacio del libro la  autora revela que su intención inicial fue estudiar a la OPEP, pero en una visita a Caracas entrevistó a Juan pablo Pérez Alfonso, el fundador de la OPEP, quien le dijo: “No estudie la OPEP. Eso es aburrido. Estudie más bien lo que el petróleo le  está haciendo a  Venezuela. Lo que el petróleo está haciendo con nosotros.”

4 Aquí se utiliza el concepto de instituciones en el sentido que le da Douglas North y que ha sido discutido brevemente en una entrada anterior de este blog: RED SOCIAL Y LA ECONOMÍA DE LOS COSTOS DE TRANSACCIÓN.

el club de la miseriaLa paradoja de la abundanciaMaldición de los recursos Banco Mundial

Publicado en Sin categoría | 3 comentarios

RED SOCIAL Y LA ECONOMÍA DE LOS COSTOS DE TRANSACCIÓN

red social afiche

La película Red Social (The Social Network) fue estrenada en el 2010 y dirigida por David Fincher. Está basada en la novela de Ben Mezrich Multimillonarios por accidente (2010, Alienta Editorial). El film es una visión acerca del origen de Facebook y de la forma como su creador Mark Zuckerberg fue moldeando la idea de una red social virtual hasta convertirla en un negocio. La película se pasea por los pormenores del litigio que le plantean a Zuckerberg sus condiscípulos de la universidad de Harvard, involucrados en el nacimiento de la idea de negocio y en su etapa incipiente. A partir de allí, surgen revelaciones acerca de cómo se desarrolló en sus comienzos esta famosa empresa.

Uno de los dos litigantes contra Facebook son los gemelos Winklevoss, quienes exigían una compensación económica a Zuckerberg, al considerar que él se apropió de una idea que ellos le alentaron a desarrollar como programador, basada en la creación de una red social dentro de la universidad de Harvard. El otro litigante es Eduardo Saverin, amigo de Zuckerberg y financiador en los comienzos de la idea de negocio. Saverin fue inicialmente socio y director ejecutivo de la recién creada Facebook, con una tercera parte de las acciones en su poder, luego mermadas hasta representar un porcentaje insignificante. Saverin fue desplazado de las responsabilidades gerenciales de la compañía con la llegada de Sean Parker, el co-fundador de Napster, quien se convierte en la mano derecha de Zuckerberg, lo asesora en la búsqueda de ángeles inversionistas y en el rumbo que debía tomar la firma. Saverín también exigía una compensación económica.

En la realidad, los abogados de Zuckerberg lograron pactar en 2008 un acuerdo extrajudicial con sus demandantes. La compensación económica para los gemelos Winklevoss fue de 65 millones de dólares. Eduardo Saverin recibió una compensación económica cuyo monto no fue revelado y el derecho a que su nombre aparezca como co-fundador de Facebook. Según Forbes, Facebook alcanzó una capitalización de mercado de 67,8 mil millones de dólares en el 2012.*

Hay varios aspectos económicos interesantes detrás de la trama de Red Social; evidentemente el emprendimiento innovador es uno de ellos, pero la película también sirve de contexto para escribir un poco sobre la economía de los “costos de transacción”. Hay varias definiciones de lo que son los costos de transacción; una teoría los relaciona con los costos de organización al interior de las firmas, costos que se generan al margen de los mecanismos de funcionamiento del mercado. Esta línea de trabajo la desarrolló originalmente el Nobel de Economía Ronald Coase y, posteriormente, ha sido estudiada de forma sistemática por otro Nobel de Economía: Oliver Williamson.

Otro enfoque, y es el que vamos a destacar de aquí en adelante, los vincula con los costos de negociación y gestión, no imputables a la producción, que convalidan la realización de las actividades económicas de cualquier tipo, especialmente de las empresas. Desde esta perspectiva, son costos de transacción los costos en los que incurren los agentes económicos para obtener información de los mercados, al registrar una nueva firma, cerrar una negociación mediante un contrato, o en la vigilancia y ejecución del cumplimiento de los contratos negociados.

En la medida que no se logre el cumplimiento parcial o total de un contrato o acuerdo entre las partes negociantes, se trate de un acuerdo formal o incluso uno informal, surgirán costos de transacción. En este caso, son las instituciones jurídicas las que permiten ventilar las demandas respectivas. En Red Social las demandas en contra de Zuckerberg reflejan los mecanismos judiciales y extrajudiciales existentes para resolver estas disputas.

Los gemelos Winklevoss alegaban que, aunque no tenían un derecho de propiedad intelectual registrado sobre la idea que generó Facebook, el haber proporcionado a Zuckerberg una idea muy similar les otorgaba el derecho a demandar una compensación económica. Hay otras películas basadas en procesos legales contra empresas que infringieron o vulneraron derechos de propiedad intelectual. La película del 2008 Destellos de Genio, se basa en la demanda real que el inventor del limpiaparabrisas intermitente, Robert Kearns, le planteó en 1978 a la compañía Ford, y posteriormente en 1982 a Chrysler, por la infracción de sus patentes. Kearns ganó sus demandas, la compensación económica ascendió a decenas de millones de dólares y Ford terminó admitiendo la primacía del invento de Kearns.

En este sentido, algunos costos de transacción se derivan de un sistema legal que no asigna o asigna de forma deficiente los derechos de propiedad sobre los activos tangibles o intangibles existentes. En esta línea de análisis, Hernando De Soto en su libro El misterio del Capital (2000, Editorial El Comercio), sostiene que los derechos de propiedad no definidos o mal definidos, conllevan a la imposibilidad de obtener todo el valor potencial que encierra un activo y de que pueda fungir de garantía o colateral. Esta situación sería una de las causas por la que en muchos países en desarrollo una parte significativa de los negocios se realizan al margen de la economía formal y los activos existentes no pueden apalancar financieramente nuevas inversiones. Por lo demás, las economías que operan en estas condiciones soportan unos mayores costos de transacción que aquellas donde los derechos de propiedad están bien definidos.

Por su parte, el Nobel de Economía Douglas North, al estudiar el papel que cumplen las instituciones y su evolución en el desempeño económico, aportó otra perspectiva sobre los costos de transacción. Para North, las instituciones son las leyes, normas, reglas formales e informales que rigen el intercambio económico. La función principal de las instituciones es reducir la incertidumbre que surge del intercambio económico. Entre más eficientes sean las instituciones, más eficiente será el intercambio económico y menores los costos de transacción involucrados. Por el contrario, la ineficiencia de las instituciones conlleva a ineficiencias en el intercambio económico y a un aumento de los costos de transacción. Históricamente, como lo destaca el propio North para los Estados Unidos, los costos de transacción (vistos como costos de negociación) se han elevado desde representar alrededor del 20% del PIB hacia finales del siglo XIX hasta representar 45% del PIB hacia finales del siglo XX.

Al respecto de la incidencia de los costos de transacción en las economías, el Banco Mundial elabora, desde el 2003, un informe anual comparativo de las facilidades que brindan para los negocios y las inversiones un gran número de países. Se llama Doing Business y comprende el estudio de diez indicadores referidos a esas facilidades, así como el análisis de las reformas institucionales que han llevado a cabo algunas naciones para disminuir los costos de transacción y mejorar así su “clima de negocios”.**

La revisión de un par de estos indicadores nos servirá para ilustrar la importancia relativa de los costos de transacción. El indicador “Apertura de un negocio” refleja el número de procedimientos o trámites que se requieren para iniciar un nuevo negocio, el tiempo promedio que tarda iniciarlo y el costo promedio, relativo al ingreso per cápita en dólares, en un país determinado. La información contenida al respecto en Doing Business 2013 nos permite comparar dos países: Argentina y Canadá. Mientras en Argentina abrir una nueva empresa requiere de 14 trámites, se lleva un tiempo promedio de 26 días y tiene un costo que representa el 12,3% de su ingreso per cápita, en Canadá la misma operación supone llenar un trámite, tarda 5 días y tiene un costo de 0,4% del ingreso per cápita. Se puede colegir que Canadá ofrece mayores facilidades para iniciar una empresa que Argentina. De la misma manera, se puede decir que los costos de transacción para abrir una firma son más elevados en Argentina que en Canadá.

Otro indicador, “Comercio transfronterizo”, revela el número de trámites, el tiempo en días y el costo por contenedor, en dólares, para exportar o importar mercancías. En Venezuela se requieren 9 trámites y 71 días para importar un contenedor de mercancías y el costo por contendedor es de 2.868 dólares. Por el contrario, en Corea del Sur se requiere de 3 trámites, 7 días y el costo respectivo es de 695 dólares. Se deduce que Venezuela tiene unos costos de transacción para su flujo de importaciones relativamente elevados en comparación con Corea del Sur. Estos altos costos de transacción tienen mayor incidencia en la medida que Venezuela es una economía que depende sobremanera de las importaciones de productos e insumos para suplir las necesidades de su mercado nacional.

En síntesis, Red Social nos ha permitido hacer un breve recorrido por la economía de los costos de transacción. Al basarse en el litigio empresarial provocado por el alto valor alcanzado por Facebook, muestra una dimensión de la forma como se generan algunos costos de transacción. También refleja la importancia de las instituciones, como las leyes referidas a los derechos de propiedad, para reducir la incertidumbre propia del intercambio económico. Las naciones que instrumentan políticas para tener instituciones eficientes logran disminuir los costos de transacción y mejorar su clima de negocios, lo cual se traduce frecuentemente en un mejor desempeño económico.


*     La información respectiva se puede consultar en el siguiente link: http://www.forbes.com/sites/gregsatell/2013/02/21/how-much-is-facebook-really-worth/

** Los indicadores que se examinan son: apertura de un negocio, manejo de permisos de construcción, obtención de electricidad, registro de propiedades, obtención de crédito, protección de los inversores, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos, resolución de la insolvencia. Se puede acceder al último de estos informes, Doing Business 2013, en el siguiente link: http://www.doingbusiness.org/~/media/GIAWB/Doing%20Business/Documents/Annual-Reports/English/DB13-full-report.pdf

 Multimillonarios por accidentedestellos-de-genioEl misterio del capitalDoing business 2013

Publicado en Sin categoría | 3 comentarios

MUJER BONITA ENSEÑA ECONOMÍA (y III)

La última entrega de esta entrada es una lección de economía basada en la decisión de Vivian de dar un giro a su vida; dejará la prostitución y tomará la opción de educarse, decisión que toma incluso cuando aún no sabe que Edward, para el “final feliz”, irá a buscarla y le propondrá matrimonio. En términos económicos, Vivian hace una “elección intertemporal”. Una elección intertemporal es una decisión entre dos opciones temporales: hoy o mañana, el presente o el futuro.

Podemos analizar de forma simplificada las características de una elección intertemporal haciendo una serie de supuestos y proposiciones acerca de cómo puede gastar un individuo un determinado ingreso. El primer supuesto describe a un individuo con un horizonte temporal de dos periodos, dos años de vida (sí, este el tipo de supuestos por los que a los economistas no nos toman en serio). El segundo supuesto es que en cada año recibirá un ingreso idéntico, digamos 10.000 dólares anuales. El tercer supuesto se refiere a que el individuo nace sin riqueza, solo cuenta con su ingreso, y al final de su vida no deja riqueza. Dentro del marco de estas proposiciones, el individuo tiene la posibilidad de decidir entre varias alternativas.

Una decisión podría fundamentarse en gastar su ingreso de 10.000 dólares en cada año correspondiente. Una segunda posibilidad es que el individuo piense que estaría mejor gastando más en el último año de vida, de manera que ahorra (no gasta) una parte de su ingreso del primer periodo con la intención de consumir más en el segundo periodo. En una economía sin sistema financiero, consumirá tanto más en el segundo año cuanto ingreso haya ahorrado en el primero. Si ahorró 1.000 dólares en el primer periodo, su gasto es de 9.000 dólares ese año y será de 11.000 dólares en el segundo año. Pero si existe sistema financiero, por el ingreso ahorrado obtendrá un rendimiento. Este rendimiento o retorno es el resultado de aplicar una tasa de interés. Si ahorró 1.000 dólares y la tasa de interés anual es 10%, tendrá 100 dólares adicionales para gastar y consumirá 11.100 dólares en total en el segundo periodo.

Para analizar una tercera elección, consideremos que estamos ante un individuo cuya frase favorita es “vive la vida loca”. En este caso, decide que él estaría mejor gastando más de 10.000 dólares en el presente que en el futuro, digamos, 1.000 dólares más. Sobre la base de que en el segundo año recibirá 10.000 dólares (el colateral), pide un préstamo a un banco por 1.000 dólares. El banco le concede el préstamo a una tasa de interés de 12% anual, lo cual le permite consumir 11.000 dólares en el  primer periodo (presente) y 8.880 dólares en el segundo periodo (futuro). El “costo de capital” de gastar 1.000 dólares adicionales en el presente es de 120 dólares, los cuales no tendrá para gastar en el futuro.*

La tasa de interés es el precio del dinero a considerar para las elecciones intertemporales de consumir, ahorrar e invertir. Una tasa pasiva de interés que aumenta es un incentivo para ahorrar más dinero, mientras que una tasa activa de interés que disminuye es un incentivo para obtener más dinero en préstamo, sea para consumir o para invertir. Por ello, los economistas señalan que “la gente responde a los incentivos” y muchas veces eligen teniendo “preferencias intertemporales por el futuro”, es decir, valoran más la situación o posición en activos en la que estarán en el futuro versus la situación o posición en activos en la que están en el presente.

Responder a los incentivos, y tener preferencias intertemporales por el futuro, lo parecen entender mejor algunos niños que los presidentes y ministros de finanzas de algunos gobiernos. Al respecto,  Daniel Goleman en su libro La inteligencia emocional (1997, Editorial Vergara) relata un experimento al que fueron sometidos un grupo de niños de cuatro años de edad. Consistió en tenerlos en un salón de clases y decirles que ellos (los experimentadores) se ausentarían por un tiempo (unos 20 minutos), dejando sobre la mesa una golosina para cada niño, la cual podían tomar cuando quisieran. A su regreso al salón, el niño que hubiera conservado su golosina tendría de premio una adicional. Los niños utilizaron varias estrategias de juego y de distracción para evitar comerse la golosina de una vez y esperar por el premio. Efectivamente, algunos niños tuvieron éxito en su estrategia y al conservar la golosina que les correspondía obtuvieron otra adicional.

Por supuesto, existen teorías más elaboradas y alambicados modelos matemáticos que le dan mayor soporte a lo dicho hasta aquí de manera sencilla. Uno de estas teorías, referida a la función intertemporal del consumo, fue elaborada en 1957 por el Nobel de Economía Milton Friedman: la teoría del ingreso permanente. En la misma se enfatiza que el consumo no es tanto una función del ingreso corriente (presente) sino un promedio entre el ingreso presente y el ingreso futuro. En estos términos, el individuo adapta su consumo al ingreso “esperado”, que puede ser un ingreso permanente o un ingreso transitorio, y lo ajusta en función de los cambios en este ingreso. Si un individuo percibe que recibirá un mayor ingreso de forma permanente, adoptará un nuevo nivel de consumo, acorde con esta situación. Si sufre una caída de su ingreso, que asume como transitoria, no ajustará su nivel de consumo, sino que buscará financiarlo para mantenerlo de acuerdo a su ingreso permanente. Si la caída del ingreso es permanente deberá ajustar a la baja su nivel de consumo para responder a esta situación.

Volviendo a la decisión de Vivian de obtener una educación, esta es, claramente, una del tipo en la que se adopta una preferencia intertemporal por el futuro. La decisión de invertir en su educación supone sopesar los costos y beneficios de la misma. Vivian intuye que le irá mejor en el mercado laboral teniendo una calificación profesional, que ofertando sus horas de trabajo teniendo muy poca calificación. Una gran cantidad de investigaciones corroboran la intuición de Vivian. En muchos países la inversión en capital humano, mediante la que se adquiere un grado de educación universitario, tiene una tasa de retorno privado relativamente alta, aunque con significativas diferencias cuando se comparan los países ricos con los de mediano ingreso y las naciones pobres, cuando se comparan las diferentes profesiones, o cuando se evalúa la tasa de rendimiento que obtienen los hombres con un título universitario con respecto a la que logran las mujeres con la misma calificación.

Para analizar la decisión de Vivian de volver a estudiar, hay que considerar el “costo de oportunidad” que implica para ella dejar su “empleo”. El costo de oportunidad es, dentro de un conjunto de opciones, la segunda mejor opción que se tiene y a la cual se renuncia al elegir la que se considera mejor. Aunque Vivian ha decidido salirse de la prostitución por otras razones, se puede especular si dejar de prestar sus servicios sexuales tiene un bajo o un alto costo de oportunidad para ella. Tengamos en cuenta que Vivian se presenta en la película como una “callejera”, no es una escort o prostituta de lujo. Steven Levitt y Stephen Dubner en su libro Super Freakonomics (2009, Editorial Debate) dan unas pistas al respecto. Al estudiar el promedio semanal de ingresos que recibieron las prostitutas de la calle de varias zonas de la ciudad de Chicago, concluyeron que sus ingresos eran relativamente bajos, considerando las horas de trabajo que emplean. Por el contrario, analizando el caso de una escort, la situación cambió completamente, pues aún teniendo la chica en cuestión estudios universitarios, no le compensaba, en términos económicos, dejar la prostitución de lujo para tener un trabajo remunerado de acuerdo a su calificación. Se puede suponer entonces que el costo de oportunidad de dejar de prestar servicios sexuales frente a la decisión de estudiar es relativamente bajo para Vivian.

Es probable que Vivian pueda tomar un trabajo “decente” a medio tiempo para cubrir sus gastos de educación, pero una alternativa, no excluyente, es que tome un préstamo para financiar sus estudios. Obtener una educación es una inversión que tendrá un valor presente neto y una tasa de rendimiento, lo cual le permitirá decidir en el presente sobre una inversión que rendirá beneficios en el futuro. Se calcula utilizando una tasa de descuento, en un horizonte de tiempo limitado, para los flujos de ingresos netos esperados, relativos a la remuneración que obtendrá de su trabajo como profesional universitaria. La tasa de descuento a utilizar es el costo de capital. Como en cualquier inversión de capital, para que a Vivian le resulte rentable financiar su educación, la tasa de rendimiento de esta inversión debe ser superior al costo de capital.

Como la película tiene un final feliz, es probable que sea Edward quien le haga los cálculos respectivos a Vivian. En realidad, es más probable que Edward no tenga ningún problema en financiar de su bolsillo los estudios de su mujer. La película trata sobre una prestadora de servicios sexuales de la calle, que tiene el sueño ingenuo de conseguir un “príncipe azul”. Pero a mí me gusta pensar que el verdadero sueño de Vivian era tener una educación.


* Un banco es una institución intermediaria de dinero entre quien lo deposita y quien lo requiere en préstamo. El diferencial entre la tasa activa de interés, a la que un banco otorga un préstamo, y la tasa pasiva de interés, con la cual el banco remunera los depósitos, se llama spread financiero. La tasa activa es mayor que la pasiva para permitirle al banco cubrir sus costos y obtener algún beneficio de la intermediación. Dos supuestos adicionales implícitos en el razonamiento es que los periodos, aunque se mencionan como años, son enteros, no están divididos en meses. El otro supuesto es que la tasa de inflación es cero, de manera que el valor nominal y el valor real del dinero no se diferencian.

Inteligencia-emocional1    super freakonomics

Publicado en Sin categoría | 2 comentarios