En la famosa obra de William Shakespeare Romeo y Julieta, escrita en 1597, basada en parte en un cuento italiano de finales del siglo XV, los dos jóvenes amantes de Verona enfrentan el tremendo obstáculo que sus familias, los Montesco y los Capuleto, se odian y bajo ningún motivo están dispuestos a consentir ese amor. Ellos se empeñan en estar juntos y sabemos que el asunto termina en tragedia. A mí me ha dado por darle un giro a esta historia romántica y trágica a la vez, con el propósito de plantear un ejercicio financiero que además signifique un cuento con final feliz o al menos lo parezca. En mi historia estas familias no se odian, solo que los Capuleto son doblemente más ricos (tienen el doble de capital) que los Montesco. Los Capuleto les comunican a Romeo y su familia, los Montesco, que si llegasen a ser tan ricos como ellos (tener el mismo capital), y solo bajo esa condición, permitirán que Julieta se case con Romeo. El capital de los Capuleto está invertido en negocios en Verona que rinden un 5% anual. Romeo convence a su familia de mudarse a Venecia, donde terminan invirtiendo todo su capital en un negocio del Dux y de los banqueros y comerciantes venecianos: El Arsenal (una fábrica muy productiva de barcos mercantes y de guerra). Este negocio es muy lucrativo y el capital de los Montesco rinde un 12% anual. La pregunta que surge de esto es ¿En cuánto tiempo se igualará la riqueza (los capitales) de ambas familias, de manera que Romeo pueda casarse con Julieta? Y la respuesta es un poco más de 10 años y medio, un resultado al que se llega realizando una simple operación financiera con una calculadora o con una hoja de cálculo como Excel Financiero (también con una regla matemática-financiera muy sencilla se llega a un resultado bastante aproximado). Al margen de las finanzas con las que he adornado mi versión de la historia shakesperiana, me da por pensar que quizás cuando Romeo, después de una década, regrese triunfante a casarse con Julieta, a lo mejor ella le dice: -Tú no eres quien yo espero-.
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